Casas del XVI es un concepto totalmente nuevo en hoteles boutique de lujo; la esencia romántica de una época pasada y las comodidades más modernas y el mimo en el servicio. En el corazón del hermoso entorno histórico de la ciudad colonial, nuestra colección de casas restauradas de siglos pasados se funde en un ambiente de hotel único y autentico. Nuestro personal está dedicado por completo a acogerle y hacerle sentir totalmente renovado y pleno de energía durante su estancia.

Locaización.

Casas del XVI se encuentra en Ciudad Colonial, también conocida como la Ciudad Vieja, en el auténtico y original casco antiguo de Santo Domingo, en República Dominicana. Gracias a su gran cantidad de tesoros, históricos, culturales y arquitectónicos, la ciudad colonial ha sido designada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

En 1496, Bartolomé Colón, hermano menor de Cristóbal, navegó las islas del Caribe en busca de un sitio donde construir el primer asentamiento europeo permanente en el Nuevo Mundo. Aquí, donde el río Ozama desemboca en el mar fue donde lo encontró, un lugar virgen, de belleza natural extraordinaria, un santuario de paz tras las múltiples dificultades de los viajes y las aventuras vividas.

Transcurridos unos años, Santo Domingo se convirtió en el centro de la actividad cultural, política y económica en el Nuevo Mundo Europeo. El Alcázar de Colón, el palacio de la familia Colón, está justo al lado de la calle Las Damas, la calle pavimentada más antigua en las Américas. Muy cerca de allí se encuentra la Catedral de Santa María la Menor, la primera catedral del Nuevo Mundo, finalizada en 1541.

Hoy en día, la parte antigua y original del Santo Domingo de entonces se conoce como Ciudad Colonial, y sigue siendo fiel reflejo de lo que en su día fue. Es un corazón que aún hoy late con la riqueza de la historia y la frescura de la modernidad. Desde la catedral más antigua de América, pasando por uno de los más importantes museos o su rica oferta comercial y su centelleante vida nocturna, cuando se encuentra en Ciudad Colonial, siente que sale de las preocupaciones del mundo moderno y se siente inmerso en una vida romántica y encantadora que le hace soñar.

Las Casas.

Las casas individuales que en conjunto conforman Casas del XVI fueron construidas hace siglos, muchas de ellas en el XVI como su nombre indica o incorporan elementos que fueron diseñados en dicho siglo. Los tejados de teja de la época romana y los arcos abovedados de ladrillo originales evocan el pasado romántico de Ciudad Colonial. Su historia ayuda a dar a cada una de las Casas su propio carácter único y ecléctico.

Ahora, cada casa ha sido restaurada meticulosamente, preservando su encanto y gracia originales, añadiéndoles la comodidad y practicidad de lo nuevo y de lo moderno.

No importa cuál de las casas escoja para su estancia, usted se verá envuelto en su historia y conectara con la antigua e interesante realidad de épocas pasadas, donde su mayor preocupación será disfrutar.

El Servicio.

El servicio es realmente lo que hace que las casas sea una experiencia única. Desde el momento que usted llegue al país hasta su partida, ningún esfuerzo será escatimado para hacerle sentir feliz y mimado.

Ocupándose de todo y sin perder detalle de nada estará nuestro conserje, quien permanecerá atento a sus necesidades y se encargará de arreglar cualquier excursión o actividad que desee realizar. No importa qué aventuras quiera vivir durante el día o que ritmos quiera disfrutar durante la noche, sólo tiene que transmitir sus deseos a su mayordomo y Él se asegurará de que el conserje se ocupe del resto.

Además del servicio y atención personalizada, las instalaciones de Casas del XVI están diseñadas para satisfacer al viajero más exigente. Desde las cosas más importantes como la piscina o el equipamiento y las tecnologías más innovadoras en sus habitaciones hasta las cosas más pequeñas como iPhones a su disposición durante su estancia o los productos de baño de la más alta calidad, todos los momentos de su experiencia se han diseñado para que se sienta cuidado y arropado como siempre quiso y rara vez pudo disfrutar…